miércoles, 15 de septiembre de 2010

Toda creación.

Durante incontables edades la ardiente nebulosa se arremolinó sin dirección por el espacio. Por fin comenzó a cobrar forma, la masa central desprendió planetas, los planetas se enfriaron, mares hirvientes y montañas incandescentes se levantaron y agitaron, de negra masas de nubes cayeron en diluvio ardientes sábanas de agua precipitándose sobre la desnuda tierra sólida. Y el primer germen de vida brotó en las profundidades del océano, y con el calor fertilizande se desarrolló rápidamente en vastos árboles selváticos, ingentes helechos surgieron de la tierra cenagosa, monstruos marinos y reptiles se criaron, lucharon, se devoraron y desaparecieron.

Y de los monstruos, a medida que el drama se fue desarrollando, nació el hombre, con la facultad de pensar, con la sed atroz de adoración, y de hablar sobre el bien y sobre el mal. Y el hombre vio que todo es pasajero en este mundo loco, monstruoso; que todo lucha por gozar, a cualquier costo, unos breves instantes de vida antes del inexorable decreto de la muerte. Y el hombre dijo:

"Hay un designio ignoto, si pudiéramos sondearlo, y ese designio es bueno; pues algo debemos adorar, y en el mundo visible, en el mundo material, nada hay que merezca veneración."

Y el hombre se mantuvo aparte de la lucha por el breve instante de gozo, considerando que un cierto dios había creído que con esfuerzos humanos había de salir del caos y del padecer la armonía. Y cuando obedeció a los instintos que acaso este cierto dios le trasmitiera de sus hermanos los animales, sus antepasados, los calificó de pecado y le pidió a Dios que lo perdonara. Mas dudó que pudiera ser perdonado con justicia, y por eso inventó un unilateral plan divino por el cual debiera ser aplacada la presunta ira del hacedor.

Y viendo que el presente era malo, y viendo que el mundo era malo, el hombre lo hizo aún peor; renunciando a todos los goces, nombrando pecados, y causándose dolor, para que así pudiera ser mejor el futuro, según él pensaba. Y dio el hombre gracias a Dios por haberle concedido la fuerza para renunciar a todas las dichas posibles.

Entonces Dios sonrió, y viendo que el hombre había convertido el mundo que él le había regalado en renuncia y tormento, envió una estrella a través de las tinieblas del espacio que chocó con el sol del hombre; reducíendolo todo de nuevo a polvo y nebulosa.

martes, 14 de septiembre de 2010

Yerro de una noche de verano.


Si nos, vanas sombras, os hemos ofendido,

pensad sólo esto y todo está arreglado:
que quedos habéis aquí dormido
mientras han aparecido esas visiones malvadas.
Y esta débil y humilde ficción
no tendrá sino la inconsciencia de un sueño;
amables espectadores, no nos reprendáis;
si nos concedéis vuestro perdón, nos enmendaremos.
Y, a fe de honrado Puck,
que si nos hemos tenido la fortuna
de escaparnos ahora del título de la serpiente,
procuraremos corregirnos lo antes posible;
de lo contrario llamad a Puck embustero.
Así, pues, buenas noches a todos.
Dadnos vuestras manos si es que somos amigos,
y Robin os restiruirá indemnizándoos.